La estructura de una organización tiene un
impacto significativo en su funcionamiento, en su eficiencia y en cómo se
ajusta a las variaciones en su ambiente. Los modelos estructurales de la
empresa intentan definir directrices para estructurar los recursos y procesos
de forma que se corresponden con los propósitos de la compañía. Estos modelos
facilitan la definición de roles, jerarquías, comunicación y reparto de tareas
de forma precisa y eficaz, lo que resulta crucial para alcanzar el éxito en un
ambiente de competencia y cambio. A continuación, se presentan los modelos
estructurales más comunes en la teoría organizacional, junto con sus
características y aplicaciones:
Modelo Funcional: En el
modelo funcional, las entidades se segmentan en departamentos
en función de sus tareas primordiales, tales como ventas, producción, recursos
humanos y finanzas. Este modelo promueve la especialización y asegura una
eficiencia superior en cada sector, dado que cada departamento se centra en un
grupo particular de tareas. No obstante, puede provocar retos en la
comunicación y cooperación entre departamentos a causa de los "silos de
información" que pueden aparecer.
Modelo Divisional: Este modelo organiza la entidad en secciones
independientes fundadas en productos, mercados o zonas geográficas. Cada
división funciona como una pequeña empresa, con su propio equipo operativo, y
se ajusta de manera más efectiva a contextos cambiantes donde la organización
requiere atender con rapidez las exigencias de un mercado particular o
regional. Sin embargo, su inconveniente reside en el costo extra, dado que cada
división demanda recursos en duplicado.
Modelo Matricial: La estructura matricial integra componentes de los modelos
funcionales y divisionales, destinando trabajadores a equipos o proyectos
concretos, además de sus responsabilidades dentro del departamento. Esto
fomenta una cooperación más eficaz entre sectores y facilita una mayor adaptabilidad
en la utilización de recursos. No obstante, la dualidad en la distribución de
roles puede provocar disputas de autoridad y obligaciones dispersas, lo que
exige una administración eficiente de los equipos para prevenir inconvenientes.
Como conclusión, elegir el modelo estructural adecuado es
fundamental para el éxito de cualquier organización, ya que influye en su
capacidad para adaptarse, innovar y alcanzar sus objetivos estratégicos. Cada
modelo tiene ventajas y desventajas que deben ser evaluadas en función de las
características y necesidades específicas de la organización, así como del
entorno en el que opera. Al comprender y aplicar correctamente estos modelos,
las organizaciones pueden optimizar su estructura y mejorar su desempeño en el
mercado.
Referencias bibliográficas:
Daft, R. L.
(2014). Organización: Teoría y diseño estructural. Cengage
Learning.
Mintzberg,
H. (1983). Structure in Fives: Designing Effective Organizations. Prentice Hall.
Modelo Matricial: La estructura matricial integra componentes de los modelos
funcionales y divisionales, destinando trabajadores a equipos o proyectos
concretos, además de sus responsabilidades dentro del departamento. Esto
fomenta una cooperación más eficaz entre sectores y facilita una mayor adaptabilidad
en la utilización de recursos. No obstante, la dualidad en la distribución de
roles puede provocar disputas de autoridad y obligaciones dispersas, lo que
exige una administración eficiente de los equipos para prevenir inconvenientes.
Referencias bibliográficas:
Daft, R. L. (2014). Organización: Teoría y diseño estructural. Cengage Learning.
Mintzberg, H. (1983). Structure in Fives: Designing Effective Organizations. Prentice Hall.
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